Ese sofá, esa luz, esas tardes de merienda, ese ambiente que se respiraba siempre en casa de la abuela, sus guisos, sus achuchones, su alpargata,…
Que recuerdos que guardan estas cuatro paredes, que mejor sitio para volver a crear un hogar, que la casa de la abuela.
Un proyecto siempre duro de afrontar por el sentido de la casa. Todo debe de ser nuevo pero a la vez antiguo, a veces por el mero hecho de que siempre ha estado ahí, y otras porque es un estilo muy de moda.
Blanco, símbolo de luz y de vida. Vida como la que se le ha dado a este nuevo hogar, creando una planta baja de única estancia, separado en tres ambiente. Salón / cocina / comedor. Todo a la vista, todo comunicado para hacer una vida más amena y libre, sin tabiques ni puertas que nos separen, que nos pongan trabas en nuestro día a día.
Todo unido, todo junto, ¿todo…?
Todo, menos el baño de servicio que debido a la antigua distribución de esta vivienda estaba ligado a la cocina. Así que en AZORIN, nos pusimos manos a la obra para realizar un forrado de pared que integrara plenamente la puerta del baño con el fin de ocultar el acceso de éste. Gracias a esta perfecta integración no vemos ninguna puerta en la planta baja, creando mayor dinamismo y amplitud visual.
La encimera realizada en Krion® Snow White, con fregadero doble totalmente integrado, al igual que el copete, son uno de los elementos clave, a la hora de crear un diseño muy actual, pero hecho para prevalecer en el tiempo, al igual que el mobiliario modelo íntegra en laminado blanco mate.
Para el forrado de la antigua escalera se utilizó madera de fresno teñida en la huella y metal pintado en color negro para la tabica. Consiguiendo una combinación perfecta.
